Pagaron 250 mil dólares para morirse…
La nota internacional de los últimos días, aparte del intenso calor que se registra en buena parte del globo terráqueo debido al cambio climático y que está causando estragos en México, fue la tragedia de los viajeros del Titán, submarino que realizaba viajes turísticos, prácticamente, para alimentar morbos y satisfacer egolatrías y curiosidades.
Los medios de comunicación seguirán dando cuenta que el intenso calor continuara pues el verano acaba de iniciar y los pronósticos no son buenos.
Con relación al submarino donde les pronosticaban a los tripulantes buena navegación, todo acabo, ayer las noticias dieron cuenta que el navío en el fondo del océano, cerquita del Titanic, quedo, y su tripulación falleció.
La guardia Costera de Estados Unidos confirmó que murieron los cinco tripulantes del navío OceanGate, El Titán, que realizaban un viaje turístico para visitar los restos del Titanic.
Los pasajeros pagaban grandes cantidades para hacer un viaje, expedición, al fondo del mar nada más para ver fierros viejos y oxidados de lo que fue el legendario Titanic.
“Hágame el reca favor”, decía la abuela cuando se enteraba de que tal o cual persona se esmeraban en hacer algo ridículo, sin sentido, únicamente para llamar la atención, alimentar egos o satisfacer su curiosidad.
Tiene alto costo la curiosidad porque en ocasiones también mata y justo eso paso con los tripulantes del último viaje del Titán.
Pagaron 250 mil dólares por satisfacer una curiosidad que les costó la vida, caro resulto el viaje sin retorno a los tripulantes de la última travesía del Titán. Prácticamente pagaron esa cantidad para ir a morirse, y de fea manera, asfixiados, en el fondo del mar.
Un YouTuber mexicano que realizó el viaje anteriormente dio cuenta de la incomodidad del submarino, con espacios muy reducidos, que al cerrarse se sellaba por fuera, nadie lo podía abrir, ni siquiera por emergencia de adentro, además solo se contaba con determinadas horas de oxígeno, muy arriesgado el viaje.
Seguramente todos los que abordaron el titán sabían de los inconvenientes, pero les ganó la curiosidad, el morbo o quizá necesitaban de una experiencia diferente, aunque fuera riesgosa, pero las maquinas no tienen palabra de honor y sin explicación alguna pueden presentar fallas y, si es difícil sobrevivir en tierra, en el fondo del mar peor.
En fin, la situación es que luego de los intentos por rescatar el titán con sus tripulantes con vida nada se pudo hacer, el oxígeno se les terminó y ayer se dio a conocer que todos fallecieron, incluido el creador de la nave marina.
Triste desenlace que sirve para la reflexión, no solo de los dinerosos que no encuentran en que gastarse el dinero o quieren satisfacer sus egos buscando experiencias especiales, sino para toda la humanidad, no hay necesidad de explorar dimensiones desconocidas por más tentadora que sea pues en ocasiones por curiosidad o alimentar egos se emprenden viajes sin regreso.
Y aquí la prueba, los últimos tripulantes del Titán quisieron vivir una experiencia única y pagaron 250 mil dólares para morir de la peor manera.
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