Cómo no te voy a querer Correcaminos
Tal vez fue injusta la manera en la que te dijeron adiós, probablemente nos hayas dejado ilusiones por vivir, y muchos goles por gritar. Sin embargo sé, que aunque la Liga MX te quiera alejar de nosotros, no podrán, porque crecimos juntos Correcaminos.
Correcaminos, cómo no te voy a querer. Si aún recuerdo las veces que mi padre me llevaba al estadio de pequeño. Cómo no te voy a querer, si me diste alegrías y euforia al gritar tus goles. Cómo no te voy a querer, después de que te vi perder la final de ascenso y aun así estuvimos contigo.
Crecimos juntos, en las buenas y en las malas de la mano estuvimos. Y ahora que te dejan entre las cuerdas prácticamente sin poderte levantar, escucharás nuestras porras, sentirás nuestros ánimos, entenderás que no estás solo, y te podrás levantar.
Correcaminos, fuiste cuna de varios personajes que dieron alegrías, y también unos cuantos que dieron tristezas. Correcaminos, tu casa fue un sitio emblemático de la capital Tamaulipeca, un espacio donde nos reuníamos, donde nos olvidábamos de nuestros problemas al verte, un lugar donde se podía tener convivencia familiar, y con amigos.
El Marte R. Gómez sentirá tu partida, como la de un padre al ver a su hijo irse de la ciudad a estudiar o trabajar. El estadio estará muy triste sin ti, sus luces ya no iluminarán como antes, los tacos del “Que pasó” ya no sabrán igual, tu cancha llorará sin ti.
Correcaminos es el equipo de Victoria, lo será siempre. Fuiste y serás el orgullo de la máxima casa de estudios de Tamaulipas, porque siempre hiciste emocionarnos. Tus colores el azul, naranja y blanco nos dio mucha identidad como victorenses.
Hablar del Correcaminos es hablar de Ciudad Victoria, es hablar de los victorenses con arraigo. Es hablar de un muy buen equipo de fútbol.
Porque cargaste copas, por que tuviste jugadores y aficionados que se pusieron la playera, porque a pesar de que por ocasiones te tocaron Presidentes que no te entendían, siempre pudiste salir adelante.
Este torneo nos emocionaste de verdad, vimos tu buen fútbol y el cómo recuperabas tu identidad que desconocidos te quisieron quitar. Porque hubo gente que vino y que se fue, que te amo y que te hizo daño, pero tú Correcaminos, siempre fuiste tú, algo que el aficionado siempre reconoció.
El fútbol mexicano le dijo adiós a la liga de ascenso, es muy triste por que premian los dineros en vez de la competitividad. Sin lugar a duda es el peor error que está cometiendo el fútbol mexicano.
El balompié mexicano tiene ilusiones perdidas, despojadas por personajes corruptos al frente de equipos de fútbol, de la federación mexicana de futbol, y de la liga MX. Porque así como señalamos a los políticos, también hay que señalar a quienes tienen esos puestos, la corrupción de Enrique Bonilla, el mal actuar de Yon de Luisa, y la ambición de muchos presidentes de equipos de Primera División como la del inhumano de Alejandro Irarragorri, que fue quien propuso eliminar la Liga de Ascenso.
Olvidándose de la humanidad en estos tiempos tan difíciles de pandemia, sin importarles dejar desempleados a jugadores, utileros, masajistas, fisioterapeutas, quienes tenían algún changarrito en el estadio, o hasta del que vendía chicharrones los días de fútbol.
Siempre me habían dicho que el fútbol era puro negocio, que estaba corrompido hasta sus entrañas, que era una gran mentira. Pero esto de eliminar la liga de ascenso sin lugar a duda los puso en evidencia.
Lo hecho, echo esta. Tal vez fue el COVID-19, tal vez fue la poca asistencia a los estadios de Ascenso, tal vez fue el miedo de que los dueños pudieran ver a su equipo descender, o tal vez fue el exceso que se vivía. No lo sé, pero lo que si se, es que el futbol mexicano tiene muchas ilusiones perdidas.
No se señala al fútbol, para mi gusto es el deporte más bonito, el más popular. Pero lo que es inaceptable es como las ilusiones del futbol mexicano se las arrebataron, las difuminaron por unos cuantos billetes.
Correcaminos te voy a extrañar mucho, aunque sé que nos volveremos a encontrar, con mayor fuerza, con mas entrega, con esa lucha que nos caracterizaba.
Quizá este no sea un adiós, si no un hasta luego. Así que Correcaminos, cómo no te voy a querer…
Gracias por leer. Correo electrónico: rorro.alejandrop@gmail.com
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